Dia 8 : La vivencia de la caridad del Padre
LA VIVENCIA DE LA CARIDAD DEL PADRE 1.- El amor descubierto en Cristo. En TMA ( nº 50 ) el Papa nos indica:
Será, por tanto, oportuno, especialmente en este año, resaltar la virtud teologal de la caridad, recordando la sintética y plena afirmación de la primera Carta de Juan: "Dios es amor" (4, 8, 16). La caridad, en su doble faceta de amor a Dios y a los hermanos, es la síntesis de la vida moral del creyente. Ella tiene en Dios su fuente y su meta. Del amor se pueden decir muchas cosas y todas ellas muy hermosas. Pero el amor verdadero va más allá de lo que simplemente y comúnmente entendemos por amor. En Cristo hemos entendido que el amor es "vaciamiento", es entrega total, en desinterés profundo.
El amor no es sólo el éxtasis de gozo que une a quien ama con el amado. El amor es también el sacrificio doloroso en el cual se experimenta la profundidad del abandono de sí y del rechazo. Jesús, en la cruz , no experimentó solamente el odio de los enemigos, sino también el abandono y la traición de los propios amigos. Y todavía más terrible fue el sentido de desolación ante el Padre: "Dios mío , Dios mío, por qué me has abandonado?" (libro del jubileo p116) El amor se nos ha manifestado como autovaciamiento de Dios . Este autovaciamiento es la victoria de Dios en el amor de la cruz. La resurrección de Cristo es la respuesta de Dios al vaciamiento del Hijo. El amor de Dios penetra toda la vida y la humanidad del Hijo resucitándolo de entre los muertos. La caridad del Padre se manifiesta precisamente en la resurrección del Hijo . El amor es donación , es entrega , es colmar al otro para que llegue a su plenitud . Por el amor manifestado en Cristo el hombre puede tener absoluta confianza y certeza en el amor del Padre, que nunca se deja ganar en generosidad ,porque el amor del Padre es donación total de sí al Hijo.
El amor es el misterio central del cristianismo. No sólo porque debe ser vivido por los cristianos, sino porque es ante todo el alma de la vida del cristiano como don que viene de lo alto. El amor es constitutivo del cristiano porque es don del Padre manifestado en Jesús y comunicado por el Espíritu, que es Espíritu de amor. Vivimos del amor del Padre , vivimos "constituidos " por el amor. Juan Pablo II ha indicado que el hombre ha sido creado por amor y poara el amor y que no se entiende a sí mismo si no vive el amor. En la fe cristiana comprendemos que vivimos , ante todo, por el amor de un Padre que nos ha creado en singular y que nos sostiene en la existencia únicamente por amor. Esto nos fundamenta la vivencia . Como cristianos, conocedores del amor del Padre en Cristo por el Espíritu Santo, no podemos ser soherentes si no vivimos el amor. Así lo manifiesta san Pablo en 1 Cor. 13,1-13 , en el famoso himno al amor.
v1 Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. v2 Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. v3 Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. v4 El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, v5 no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, v6 no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. v7 El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. v8 El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; v9 porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. v10 Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. v11 Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, v12 pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. v13 En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor. Es fácil reconocer en este himno el espíritu de las bienaventuranzas enseñadas por Jesús. Y qué diverso es este espíritu de Jesús en contraposición al espíritu del mundo que nos rodea. El amor ,volcado por Dios en el corazón del hombre , debe resistir al egoísmo y restablecer los valores queridos por Dios. Ciertamente que esta "lucha" con el modo de proceder del "mundo" se da en el seno de la Iglesia y en el diálogo de la Iglesia con el mundo. Siempre está pronta la "maleza" para crecer en medio del trigo. Pero los cristianos tenemos que aprender a vivir el amor en medio de las tentaciones diversas que este mundo presenta para hacernos vivir de manera distinta a como la Revelación nos ha enseñado acerca del amor.
El amor así conocido por la Revelación es verdaderamente un misterio, es decir, algo que nos desborda y nos excede. La razón no puede definirlo. Quien se atreva a definir el amor está intentando definir a Dios , lo cual es imposible. En nuestra vida hemos descubierto más de una vez el amor como esa entrega total, incondicional . Y el amor no es sólo un misterio que nos llega sino que también es un misterio el abrirse al amor. Al hombre, no sólo le cuesta amar, sino también dejarse amar. Y la prueba más evidente de esto la tenemos en el pecado que no es otra cosa que una cerrazón al amor. Lo hemos visto en la parábola del hijo pródigo, en donde los dos hijos son pródigos, se cierran al amor del Padre. Amando, hacemos crecer en nosotros la imagen y semejanza, Dejándonos amar , permitimos a Dios seguir creándonos.
Si consideramos la virtudes teologales, vemos , como dice San Pablo, que el amor tiene la delantera, pero que no puede subsistir sin las otras virtudes . Creemos en el Amor de Dios . Esperamos que el Amor venza el pecado y el mal en el mundo. Por eso no desesperamos ante la injusticia, el pecado, las estructuras injustas, la muerte. Porque creemos y esperamos, vivimos el amor siempre, de manera inclaudicable, superando las tentaciones y dificultades que nos harían cambiar el modo de pensar y de ser del cristiano. Porque creemos en la fuerza del amor insistimos en amar siempre . Porque creemos en el amor sabemos aceptar la libertad de los demás, que no siempre responden como nosotros quisiéramos. Porque creemos en el amor sabemos perdonar y comprender. Porque creemos en el amor tenemos paciencia frente a las cosas que no cambian y que nos resultan molestas. Porque creemos en el amor sonreímos siempre , porque la alegría es el resplandor del amor. Porque creemos en el amor sabemos comunicar ternura sobre todo a los más débiles y abandonados. Porque creemos en el amor no nos desanimamos y seguimos haciendo el bien aunque muchas veces no nos interpreten como se debe y nos calumnien o envidien.. Porque creemos en el amor insistimos en anunciar la Palabra , aunque muchos oídos estén permanentemente sordos. Porque creemos en el amor, insistimos con los más rebeldes, con aquellos que parece que no cambiarán nunca. Es muy difícil vivir así, pero es la forma de vivir del cristiano.
Uno de los desafíos más grandes para el amor es el sufrimiento humano.
Tener un cuerpo quiere decir poder tropezar. Ser un espíritu limitado incluye la libertad y la posibilidad de rechazo por parte de los otros, como , por el contrario, de un mal uso personal de la libertad, con las consecuencias que de ello se derivan. Impedir todas las posibilidades del sufrimiento querría decir abolir la finitud y convertir al hombre en dios, es decir, ceder a la tentación original del Edén e intentar lo imposible. Sin embargo, la posibilidad del sufrimiento no es un mal en sí misma.(libro del jubileo p.124) El sufrimiento es parte del amor, así como los golpes de un partido son parte de la victoria. Lo que desconcierta al hombre no es el sufrimiento, sino el sufrimiento sin sentido. Pero esto lo ha causado el pecado en el mundo. Desde el pecado el hombre se encuentra luchando contra otro hombre(homo homini lupus) . Cada hombre se convierte por el pecado en una amenaza contra otro hombre. Pero el cristiano sabe que el primero que ha sufrido esta laceración es Cristo. Y por eso une a él todo sufrimiento y todo lo soporta por El. Porque el cristiano sabe que el dolor se vence con el amor. ¿Puede una madre permanecer indiferente frente al sufrimiento de sus hijos? De la misma manera, ¿puede un cristiano permanecer indiferente frente al sufrimiento de Cristo? El cristiano comparte los sufrimientos del Señor uniéndose a El en las dificultades propias de la evangelización, como san Pablo, o en las dificultades propias de la vida ,venciendo el mal a fuerza de bien , venciendo con el amor las consecuencias dolorosas del pecado del hombre. San Pablo nos habla de esto diciendo :
Col. 1 ,v24 Ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. A través del sufrimiento el amor se purifica y crece y se hace más sólido. El amor siempre está tentado de "concupiscencia" y siempre estaremos tentados de entender el amor desde la óptica del placer ,la posesión o el poder. El sufrimiento purifica el amor de todo aquello que no lo deja ser "puramente" entrega . La naturaleza y la gracia no pueden ser enfrentadas . Dios ha creado al hombre por amor y para el amor. Cuando el hombre traiciona el amor, la gracia lo ayuda a restaurar la imagen . pero "donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. v21 Porque así como el pecado reinó produciendo la muerte, también la gracia reinará por medio de la justicia para la Vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.(Rm 5,20-21) Y esta gracia fluye del Padre en todos los miembros de la Iglesia y se difunde por la comunión de los santos. La vivencia del amor purifica a toda la Iglesia cuando los miembros sufren por amar y sufren amando.
6.- El amor a Dios y al prójimo. Al hacerse hombre, Dios ha unido definitivamente lo divino con lo humano. Desde entonces, el amor a Dios n puede separarse del amor al prójimo. Así lo entiende san Juan :
1 Jn 4,7-12 : v7 Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. v8 El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. v9 Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él. v10 Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. v11 Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. v12 Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros. San Pablo también va a entender esto diciendo : Gal 6,10 : Por lo tanto, mientras estamos a tiempo hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe. El cristiano vive el amor fiel a lo que Jesús ha enseñado en Mt. 25 : tuve hambre, tuve sed... sabiendo descubrir en el rostro de los hermanos que sufren el rostro de Cristo en la cruz. Esa fidelidad al amor se extiende también a los enemigos, conforme al pedido de Jesús :
Mt. 5, v43 Ustedes han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y odiarás a tu enemigo. v44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; v45 así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. v46 Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? v47 Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? v48 Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo. El amor , por tanto, no es una vaga sensación placentera, sino el propósito firme y constante de hacer el bien a todos , sobre todo a los más necesitados y a los que nos hacen el mal. Será siempre difícil, pero es la quintaesencia del cristianismo.
7.- Preguntas para la reflexión. ¿ Qué es lo que más me cuesta comprender del amor de Dios? ¿ A quién me cuesta amar más ? ¿ Qué dificultades tengo frente al dolor y lo que me disgusta ? ¿ He aprendido a vencer el dolor con el amor ? ¿ Qué es lo que me dificulta amar de verdad ? |