Dia 6: El Padre de la misericordia
1.- Es propio de Dios usar misericordia. 2.- Jesús, revelación y encarnación de la misericordia del Padre |
1.- Es
propio de Dios usar misericordia. Santo Tomás de Aquino hace una afirmación lapidaria en su Summa Theologica : "Es propio de Dios usar misericordia; y en esto , especialmente, se manifiesta su omnipotencia" Esto quiere decir que a Dios no lo entendemos sin la misericordia , que lo propio de Dios es precisamente eso : ser misericordioso. Muchas veces nos hemos quedado con el Dios justiciero y no con el Dios misericordioso. El Dios que nos ha venido a presentar Jesús no es el que viene a condenar sino a salvar. Jesús mismo lo ha manifestado con sus palabras y con sus gestos de misericordia. Ya en el A.T. Dios se manifiesta así : En el Libro del Exodo,34,6-7 leemos:
v6 El Señor pasó delante de él y exclamó: «El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad. v7 El mantiene su amor a lo largo de mil generaciones y perdona la culpa, la rebeldía y el pecado; sin embargo, no los deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y cuarta generación. Las palabras que usa la Biblia son "hesed" que quiere decir fidelidad o "rahamim" que quiere decir amor(es el plural de rehem: seno materno) Citamos algunos de los salmos que expresan la misericordia de Dios : 145,8-9 ; 86,15-17 ; 103,11-13 ; 146,7-9 ; 147,3.7 ; 34,19 ; 23,1-6 Si no entendemos a Dios como el Dios de la misericordia, no lo entendemos . La Biblia usa también la figura de la madre para darnos a entender esta misericordia :
Sal 131,v2 No, yo aplaco y modero mis deseos: como un niño tranquilo en brazos de su madre, así está mi alma dentro de mí. Is 45: v15 ¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré! Oseas habla de un padre afectuoso :
11, v1 Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. v2 Pero cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí; ofrecían sacrificios a los Baales y quemaban incienso a los ídolos. v3 ¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba. v4 Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer. v5 Efraím volverá a Egipto y Asiria será su rey, porque rehusaron volver a mí. v6 La espada hará estragos en sus ciudades, destrozará los barrotes de sus puertas y los devorará a causa de sus intrigas. v7 Mi pueblo está aferrado a su apostasía: se los llama hacia lo alto, pero ni uno solo se levanta. v8 ¿Cómo voy a abandonarte, Efraím? ¿Cómo voy a entregarte, Israel? ¿Cómo voy a tratarte como a Admá o a dejarte igual que Seboím? Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura: v9 no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de ti, y no vendré con furor. También en el A.T. se usa el término "alas" para designar el cuidado que Dios tiene con sus hijos, a quienes protege como con las alas. Dt.32, v11 Como el águila que impulsa a su nidada. revoloteando sobre sus pichones. así extendió sus alas, lo tomó y lo llevó sobre sus plumas. 2.-
Jesús, revelación y encarnación de la misericordia del Padre Dice Juan P II en DM 2:
De este modo en Cristo y por Cristo, se hace también particularmente visible Dios en su misericordia, esto es, se pone de relieve el atributo de la divinidad, ya que el Antiguo Testamento, sirviéndose de diversos conceptos y términos, definió "misericordia". Cristo confiere un significado definitivo a toda la tradición veterotestamentaria de la misericordia divina. No sólo habla de ella y la explica usando semejanzas y parábolas, sino que además, y ante todo, él mismo la encarna y personifica. El mismo es, en cierto sentido, la misericordia. A quien la ve y la encuentra en él, Dios se hace concretamente "visible" como Padre "rico en misericordia". Jesús, con sus palabras, sus obras, sus gestos a favor de los pobres, los lisiados, los enfermos,etc. manifiesta la misericordia del Padre. Sobre todo con las parábolas de la misericordia, en Lc. 15 conocemos hasta dónde llega la misericordia del Padre. En sus encontronazos con los fariseos muestra especialmente que Dios lo que quiere es misericordia y no sacrificios.(Mt. 9,13) Todas sus discusiones acerca de la ley, acerca del sábado , acerca del sentido de los sacrificios, apuntan a una actitud misericordiosa que tiene que primar en orden al bien del hombre. Hay que recordar también sus actitudes para con los pecadores, como por ej. La samaritana, la mujer adúltera , la que le lava los pies en casa de Simón, Zaqueo , el paralítico que es descolgado con la camilla, y muchos otros testimonios de su misericordia.
El misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesús es la cúspide de la revelación de la misericordia divina: es la ofrenda del Hijo al Padre misericordioso en el abrazo de caridad del Espíritu Santo. Por amor, el Padre envía al Hijo al mundo. Por amor, Cristo se ofrece al Padre para la redención de la humanidad pecadora...Creer en Dios es creer en la misericordia , y el Cristo pascual es la encarnación definitiva de la misericordia , su signo viviente: histórico-salvífico y justamente escatológico(libro del Jubileo p.73) San Juan ha definido a Dios como agape, amor.(1 Jn 4,8) El agape es el amor incondicional , de entrega total y desinteresada. Si el amor es la naturaleza de Dios, también la creatura , imagen muy semejante a Dios, está llamada a ser misericordia: Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso"(Lc. 6,36) Por eso Jesús pide que perdonemos setenta veces siete , que perdonemos a los enemigos y felicita a los misericordiosos a quienes llama bienaventurados. Es interesante apuntar con Juan Pablo II que el mundo contemporáneo es alérgico a la misericordia.Dice el Papa en DM 2:
La mentalidad contemporánea, quizás en mayor medida que la del hombre del pasado, parece oponerse al Dios de la misericordia y tiende además a orillar de la vida y arrancar del corazón humano la idea misma de la misericordia. La palabra y el concepto de "misericordia" parecen producir una cierta desazón en el hombre, quien, gracias a los adelantos tan enormes de la ciencia y de la técnica, como nunca fueron conocidos antes en la historia, se ha hecho dueño y ha dominado la tierra mucho más que en el pasado(14). Tal dominio de la tierra, entendido tal vez unilateral y superficialmente, parece no dejar espacio a la misericordia. Si algo tenemos que poner de relieve como cristianos, por tanto, es la vivencia inclaudicable y decidida de la misericordia.
3.- La parábola de la
misericordia. La parábola conocida del hijo pródigo, o mejor, del padre misericordioso , es la parábola que hoy se pone de manifiesto de una manera espléndida. En esta parábola vemos como por contraste el misterio de la libertad humana que llega hasta el desprecio de Dios, tanto por parte del hijo menor como del mayor y por otro lado, la gran misericordia del Padre que no escatima regalos ni fiesta y que perdona sin condiciones.
Esta parábola de hace dos mil años toca el corazón de todo hombre, devolviéndole los latidos de ternura, haciéndolo pasar del egoísmo a la entrega, de la cerrazón al compartir. Es la parábola, según Peguy, que ha "quedado plantada en el corazón del impío como un clavo de ternura". Podemos resistirnos a la verdad, podemos también resistirnos a la belleza, pero nos rendimos a la ternura, a la acogida generosa que perdona, a esta maravillosa floración del amor gratuito.(libro del jubileo p. 76) Esta parábola es la del hombre que no quería ser amado. Es la parábola no de un hijo pródigo, sino de dos hijos pródigos, que no querían el amor del Padre sino su propia libertad . El oficio de Dios es amar. Sólo Dios puede amar de este modo, porque sólo Dios se ha definido como amor. Decía Garrigou Lagrange: "La misericordia divina es como la raíz, el principio de todas las obras de Dios, ella las compenetra con su fuerza y las domina. A título de manantial primario de todo los dones, ella es la que influye más fuertemente; por esto supera también a la justicia que viene a estar en segundo puesto y le está subordinada". La obra decisiva del Padre, por tanto, es la misericordia. En ella se encierra el misterio de su amor que llega hasta el perdón. Esto llama a todos a una existencia nueva: la de verdaderos hijos de Dios.
4.- Preguntas para la reflexión ¿ Vivo con alegría la misericordia que Dios tiene conmigo? ¿Cómo vivo la misericordia para con los errores de los demás? ¿ En mis relaciones diarias, la misericordia es la característica de mi trato y reacciones ? ¿ En qué cosas no hago presente la misericordia del Padre? ¿ Sé acogerme a la misericordia del Padre? |