Como dice Mons. Karlic , "El misterio trinitario es el primero y
el último en la fe cristiana. Esto vale para la comprensión de Dios mismo y de toda la
creación. En el misterio de la Trinidad empieza cuanto existe y hacia él se ordena todo
el universo, toda la humanidad y toda la Iglesia . Desde él parte el tiempo y hacia él
se encamina la historia de los individuos y del género humano".
1.- La gracia.
La gracia consiste en una participación
creada de la vida divina, que transforma nuestro ser personal radicalmente, haciéndonos
hijos de Dios y herederos del cielo, pero también consiste, y principalmente, en las
mismas personas divinas que vienen a habitar en el justo. La gracia es, primero, Dios
mismo como don para nosotros...
El ser cristiano incluye, pues, la inhabitación de
las personas divinas , y entrar en relaciones nueva de intimidad con ellas. No es
simplemente participar la vida de una divinidad sin distinciones, sino ser introducidos a
la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu.
Pero cabe preguntarse si esta relación con la
Trinidad es una relación indiferenciada, es decir, la misma y de la misma forma con las
tres personas o es una relación diferenciada, es decir, que tiene un modo diferente con
cada una de las personas.
Es cierto que todo lo de Dios hacia fuera es de las
tres personas: Dios ha creado, ha redimido, se ha revelado, etc.
Sin embargo, atribuimos al Padre la creación al Hijo
la Redención , al Espíritu Santo la santificación.
Nosotros "¿somos hijos de las tres personas o
del Padre?"
Ciertamente que la respuesta a esta pregunta toca la
comprensión fundamental del cristianismo .
De hecho, el que se hace hombre no es el Padre, sino
el Hijo .
Nuestra relación con Dios se entabla, pues, a partir
del Hijo.
Tenemos que decir, por tanto, que nuestra relación
no es una relación "indiferenciada" sino una relación que implica una peculiar
unión con el Hijo y EN EL con el Padre y el Espíritu.
Somos hijos en el Hijo y en El, hijos del Padre. La
relación de filiación , participación de la filiación eterna del hijo es propiamente
hacia el Padre en el Hijo por el Espíritu , y no es hacia el Hijo ni hacia el Espíritu.
El cristiano que vive en gracia ha sido injertado
en el Cuerpo de Cristo. No es la Iglesia el Cuerpo Místico del Padre sino del Hijo.en el
Hijo y como El, ingresamos a la comunión con el Padre. Vivimos la Trinidad en y desde el
Hijo ...Vivimos escondidos en Dios por Cristo...
Como todo el Padre está en el Hijo y en el
Espíritu, y así el Hijo y el Espíritu , respectivamente, nosotros por la gracia tenemos
todo el Padre y todo el Espíritu por estar en el Hijo, y por El estamos nosotros a
nuestra vez , inmersos en el Padre y el Espíritu. Así participamos de la comunión
trinitaria. O expresado dinámicamente: como el Padre se comunica íntegramente al Hijo y
el Hijo se comunica al Espíritu, nosotros en el Hijo recibimos la autocomunicación del
Padre - siempre somos generados por el Padre y en esa generación recibimos su naturaleza
y su persona como huésped - y espiramos en el Hijo junto con el Padre, al Espíritu de
ambos, que es Espíritu de amor. Así participamos de la comunicación trinitaria .
Comunicación que es para la comunión. Comunión que es eterna comunicación.
2.- Hacia el
Padre
Somos hijos del PADRE .
De su gratuidad y libertad vivimos hoy. El mundo
entero está suspendido de esa libertad que ama. La verdad de hijo me urge a acoger esa
corriente que brota del corazón del Padre. No se funda mi existencia en un proceso ciego
de causas físicas, sino en el amor lúcido de mi Padre. Me sostiene en el ser y en la
vida no el vínculo oscuro de un motor potente pero ciego, sino la fuente luminosa del
amor y la libertad.
En Dios no hay antes o después . El hace que las
creaturas tengan duración , pero El no la tiene.
Dios sostiene la historia desde la eternidad, que no
es antes o después, sino que simplemente "es".
Dios ES sabiduría, amor , potencia, libertad. Hoy el
Padre está presente con la potencia de su amor y libertad que arranca todas las cosas de
la nada y del pecado, para entregarnos la naturaleza y la gracia.
La medida de nuestro ser es la del pensamiento de
Dios, y la medida de nuestra realización es la de su providencia. La luz de mi ser es
antes luz del ser de Dios. La sombra es mía. En Dios todo es luz y quiere que en mí
también todo sea luz. Lo será, por su misericordia , en la bienaventuranza eterna.
Todas las cosas son una herencia que el Padre nos
da en Cristo. Coherederos con Cristo, participamos del señorío sobre el universo.
La idea de Padre entraña la apertura de la
persona por la comunicación de su ser por el amor. Es una apertura para la creación y la
historia pues es para los hijos y su vida de tales. La idea de Padre entraña sabiduría y
amor, futuro y libertad. La paternidad de Dios se da en el mundo con esas características
, en Cristo y en la Iglesia. Cristo recibe su ser divino del Padre y la Iglesia participa
de la vida divina en Cristo, recibiéndola también del Padre, gozando, junto con el
Señor, de la libertad de los hijos de Dios.
Nuestra relación con el Padre implica también
la fraternidad.
Si de hecho no vivimos la fraternidad es porque la
idea de la paternidad está empobrecida o borrada de nuestra vida.
Tenemos, pues, que revisar nuestra relación con el
Padre , para ver si es una verdadera relación de hijos , en la confianza, el amor, la
libertad , en la conciencia de ser su "imagen y semejanza" .
Como vemos, todo conduce al Padre, todo se relaciona
con el Padre , fuente de toda vida y de todo ser.
3.- En Cristo.
Cristo es por quien llega a nosotros el Padre
y por quien llegamos al Padre. En El entramos a la vida trinitaria, tomamos parte en ella,
ella se hace vida común para quienes tienen la gracia y la gloria...Estar en Cristo es
estar en el Unigénito y así en la Trinidad...En Cristo estamos en la Trinidad y la
Trinidad en nosotros.
"Nadie conoce al Padre sino el Hijo"...
Estar en Cristo es conocer al Padre y conocer al
Padre es conocer su Plan, su Palabra, su persona.
Conocer a Cristo es conocer el proyecto del Padre
para los hombres, me introduzco en el misterio de los hombres
El Hijo es la Palabra del Padre , todo lo que el
Padre tenía para decirnos.
Conocer la Palabra es conocer al Padre, el corazón
del Padre.
En la historia humana de Cristo conozco la historia
de todo hombre. Su historia humana es el prototipo de la historia de los hombres , de toda
historia humana, porque El es el hombre por excelencia, que le muestra al hombre qué es
ser hombre.
Su vida ilumina la vida humana en toda la gama de sus
situaciones , desde el más absurdo dolor hasta la más diáfana alegría.
Su misterio pascual es la revelación del misterio de
Dios con los hombres y de los hombres con Dios, es el misterio del "drama" del
amor y el desamor , de la gracia y el pecado , de la infidelidad del hombre y la fidelidad
de Dios , de la confianza total del hombre y de la respuesta vivificadora del Padre.
Conocer a Cristo es conocer al Padre y a los
hombres. Estar en Cristo es estar en Dios y en comunión con los hombres.
Estar en Cristo es también estar EN LA IGLESIA ,
Cuerpo de Cristo.
EN LA IGLESIA recibo los sacramentos , que son los
signos del amor del Padre en Cristo y su Cuerpo.
Por los sacramentos Cristo nace y vive en cada uno de
nosotros y así nos transformamos en "cristos" , hijos verdaderos de María y de
la Madre Iglesia, esposa del Verbo.
Por los sacramentos nos convertimos en imagen de la
Imagen del Padre, que es el Verbo. Es la presencia del Verbo en nosotros , es como si
naciera en nosotros, asumiendo nuestra humanidad como asumió la humanidad de María.
Cristo nace en cada acto meritorio del bautizado.
Hacemos nacer a Cristo con nuestra vida.
Como vemos, nuestra relación con Cristo es ESTAR EN
EL , injertados en El para servir y reinar POR EL Y CON EL Y EN EL.
4.- Por el
Espíritu Santo .
El Espíritu es dado a través de Cristo, y de
Cristo pascual. Buscar el Espíritu Divino fuera de la mediación de Cristo y su Cuerpo
Místico es pretender fundar otro misterio, otra historia, otra comunidad de salvación.
Todo bautizado , por ser miembros de Cristo , es
capaz de comunicar su Espíritu, del cual debe vivir.
El cristiano, con su vida de fe, esperanza y amor
comunica el Espíritu , es decir, con Cristo "insufla" en el mundo el Espíritu
del Padre y del Hijo.
Pero esta "efusión" del Espíritu no se
hace sin el misterio pascual.
Sufriendo , muriendo al pecado , resucitando a la
vida de la gracia , completando en su carne lo que falta a la Pasión de Cristo, el
bautizado se asocia a la efusión pascual que Cristo hace del Espíritu.
El Espíritu Santo se llama DON. No sólo es don,
sino el primer don que nos hacen el Padre y el Hijo.
Donar es dar algo gratuitametne a alguien.
La razón de la donación gratuita es el bien del
destinatario.
La Trinidad nos hace el don del amor.
El cristiano, viviendo el amor hace partícipes del
amor trinitario a aquellos a quienes ama.
Pero por eso tiene que amar como Cristo, con el
desinterés y la entrega de Cristo mismo. "Amaos ...como yo os he amado".
El Espíritu es espíritu de filiación.
Si es de filiación es de fraternidad.
Es también espíritu de libertad, la libertad de los
hijos de Dios.
Es espíritu de obediencia , por el cual el Hijo
obedece al Padre aún en lo más oscuro de la historia.
Esa obediencia es obediencia hasta la muerte.
Es Espíritu de discernimiento. El cristiano
discierne los signos de los tiempos, para descubrir la voluntad del Padre en la historia
de los hombres.
El cristiano, por el Espíritu de Jesús, construye
la historia y la vive como historia de salvación.
La historia de la salvación es hacer del pecador un
santo; de la oscuridad , luz ; de la mentira , verdad ; de la muerte, vida. En realidad ,
más propiamente, no es hacer sino dejar que Dios haga todas estas cosas.
5.-
Preguntas para la reflexión.
¿ Cómo vivo la gracia ?
¿ Cómo vivo los sacramentos ?
¿ Mi relación con el Padre es de filiación amorosa
y confiada?
¿ Mi relación con el Hijo es de
"inserción" y "cristificación"?
¿ Mi relación con el Espíritu Santo es una
relación de "fecundidad" espiritual , por el amor ?
¿ Qué es lo que más me cuesta vivir , de todo lo
reflexionado? |